Rubén no deja pasar una sola ocasión para seguir aprendiendo y mejorando como profesional. Lo hemos visto recorrer los talleres de los artesanos más legendarios de Italia, participar en eventos específicos para constructores de cuadros o cruzar el charco en diversas ocasiones para presentar sus últimos proyectos allá donde le reclaman. Sin duda, «Rizzo Cycles» es una persona inquieta y con motivación para seguir creciendo en su carrera como framebuilder. En este artículo nos relata su última experiencia en Estados Unidos donde, tras participar un año más en el evento Grodeo, organizado por ENVE Composites, decidió pasar unas semanas recorriendo algunos de los talleres más importantes del país.

Una vez finalizado el Grodeo de este año, comenzó mi verdadero viaje: tres semanas por el suroeste de EE.UU. visitando a los fabricantes que dieron forma al pasado del titanio y que siguen definiendo su futuro.

El viaje comenzó en Steamboat Springs, sede de Moots y Bingham Built, y se completó con visitas a otros pequeños talleres de toda la región. Pude ver de cerca diferentes formas de fabricar bicicletas, así como diferentes maneras de construir una vida en torno a ellas.

Moots: cuatro décadas en titanio

Fundada en 1981 por Kent Eriksen, Moots lleva 44 años perfeccionando el titanio. Kent lo dejó en 2005, pero su influencia sigue viva en los accesorios hechos a medida, las máquinas únicas y los procesos que puso en marcha y que aún hoy se utilizan.

Moots produce ahora más de mil cuadros al año, muy lejos de mi propia escala, pero la artesanía no ha desaparecido a pesar de las cifras. Gracias a un equipo de jóvenes constructores que mantienen viva la tradición y a Nate Bradley —al mando—, el taller rebosa energía y vida.

Moots no es solo una empresa, es toda una institución. Observé cómo gestionan el flujo de trabajo y los materiales para volúmenes tan elevados. Siempre me ha costado comprender cómo los grandes logran apañarse con tareas tan complicadas y meticulosas, como perforar los tubos para el cableado interno con una mini fresadora específica. Ver cómo sus herramientas, plantillas y máquinas personalizadas resolvían estos problemas fue revelador. Moot: un recordatorio de hasta dónde puede llegar el titanio sin perder su esencia.

Brad Bingham: Precisión, paciencia, perfección

Si Moots representa la escala, Brad Bingham representa la concentración. Brad comenzó en Moots cuando tenía 19 años; continuó trabajando con Kent en Eriksen Cycles y finalmente asumió el relevo cuando Kent se jubiló. Hoy en día ha ganado múltiples premios al mejor cuadro soldado con TIG y se ha ganado la reputación de ser uno de los fabricantes de titanio más precisos del mundo.

Pasé cuatro días en su taller, construyendo un cuadro de principio a fin. Esos días cambiaron mi forma de ver el proceso.

Aprendí que el tiempo no es una pérdida, sino algo esencial: la perfección no es rápida. Su taller es un archivo vivo de treinta años de maquinaria y de plantillas personalizadas. Cada herramienta perfecciona y define su flujo de trabajo. Verlo soldar en directo me proporcionó conocimientos que ninguna foto podría haberme brindado.

El trabajo de acabado fue una lección en sí misma: desde el chorro de arena, el escariado, o el cuidado de cada detalle que exige el titanio, con su naturaleza hostil. Más allá de la mera construcción, la conexión de Brad con sus clientes me impresionó. Está tan comprometido con su experiencia como con la precisión de sus soldaduras. Otra conclusión de mi visita fue el poder de las personas que le rodean. Entre su esposa, Hanna, y su asistente, Jon, pude percibir la fuerza de su sistema de apoyo.

Si Moots es la catedral del titanio, el taller de Brad es la capilla: tranquilo, preciso y personal.

Maravillas del taller: lecciones de otros constructores

Desde Steamboat, continué viajando hacia la zona de Front Range. Cada parada me reveló otra persona, otro lugar, otra perspectiva sobre las bicicletas, otro arte y otra forma de construir una vida en torno a ambos.

En Mosaic, observé cómo la eficiencia de la producción se había optimizado gracias a la incorporación de pintura propia. Además, recorrimos el sendero más fluido de todo mi viaje en Hall Ranch, en Lyons. En Reeb, entré en una peculiar cervecería-tienda que fabrica bicicletas de montaña con carácter. Oddity reveló una tienda de ensueño: compacta, organizada y rebosante de conocimientos sobre el doblado de tubos.

También conocí a Significant Other, una soldadora altamente cualificada cuyo trabajo a menudo pasa desapercibido, ya que construye cuadros para otras marcas entre bastidores. En Da Vinci Designs, observé cómo tres décadas de experiencia en tándems se destilaban en un proceso que producía hasta tres cuadros a la semana, con la precisión del veterano Eric Baar.

En Durango, Josh Ogle me mostró la mente creativa detrás de muchas de las pequeñas piezas CNC de Firefly, como la fabricación de cuadros con un modelado de vanguardia. Josh también me enseñó, además, Hermosa Creek, una increíble ruta por la zona. En Sanitas (antes conocido como Dean), las conversaciones giraron en torno al abastecimiento de titanio y el desarrollo de bicicletas de montaña con suspensión total.

Mi última parada, Blaze, en Moab, fue una sorpresa inesperada: un taller donde el dominio autodidacta del CNC demostró que hasta las habilidades más difíciles pueden aprenderse a base de probar. Fuera del taller, Ian me llevó a las que dirían que han sido algunas de las rutas más memorables de mi vida. «Salimos, capitán Ahab», me dijo, «llegaremos a la cima para ver una puesta de sol perfecta». Tenía razón. Fue mágico. No habría presenciado esa increíble puesta de sol si no fuera por Ian y la comunidad de fabricantes de cuadros. A partir de ahí, las cosas se complicaron un poco, ya que la noche nos sorprendió y tuvimos que descender sin luces, lo cual fue un poco arriesgado, pero inolvidable.

Aparte de los paisajes de ensueño, todos los senderos por los que pedaleé en el suroeste me impresionaron por su buen mantenimiento. Desde la señalización hasta los peraltes e incluso los senderos de sentido único, todo está diseñado para ofrecer una experiencia excepcional y fluida. Brad y Nate me hablaron sobre su construcción y mantenimiento y me quedé completamente impresionado. En comparación con España, la infraestructura para MTB que pude disfrutar es líder en el sector.

Manteniendo el impulso

Lo que más me llamó la atención no fue el conocimiento en sí, sino la forma en que se compartía. Algunos constructores no entendían por qué los visitaba; pensaban que yo ya estaba en un nivel superior al de ellos. Pero la construcción de cuadros no funciona así. Aquí no hay jerarquías, solo caminos diferentes.

Cada taller ofrece algo único: una herramienta, un truco, una filosofía. Desde la producción en masa de Moots hasta la creatividad rural de Oddity, estas visitas me han enseñado que el verdadero arte no solo reside en construir cuadros, sino en crear vínculos y comunidad en torno a las bicicletas.

Una soldadura. Un detalle. Una conversación.